martes, 6 de enero de 2015

Martes en el que os vuelvo a dar una mierda mía.

Heeeeeeey. ¡MI PRIMERA ENTRADA DEL AÑO! 
Comenzaré por lo importante. Sabéis que soy finalista de los premios Watty, ¿no? ¡Pues bien! Cada 7 días se puede votar, así que os pido colaborar. Para votar haz click AQUÍ. Y vota por ~Malec~ Un Amor Diferente en la categoría fanfict de libros. ¡¡MUCHAS GRACIAS!!
Y, ahora, como soy muuy original (nota la ironía) quiero enseñaros un creepypasta que he escrito esta semana. 

Oh, my love. [Did you rape me again?]
18 de Noviembre. Año desconocido.
Grité como nunca cuando las llamas tocaron mi mano. No podía respirar, el humo me asfixiaba. Necesitaba que llegara alguien a salvar a mi familia, me daba igual si yo moría. Quería asegurarme de que estaban bien. El sudor caía por mi frente, saliendo de mis dilatados poros. Hacía mucho calor. El fuego lo consumía todo, incluso mi mente, haciendo que no pudiera tener pensamientos conexos. Eso no parecía mi casa, mi familia no podía estar ahí, tal vez ardiendo. Yo no podía estar ahí. ¿Qué ha sido el origen?
-Oh, my love, are you gonna do it again?
Era una voz de hombre, musical y escalofriante, que cantaba con una melodía dulce y diabólica. No quise seguir escuchando, quería morir, fundir mis oídos, cualquier cosa, pero no quería escuchar eso jamás. 
-Oh, my love, you can't do it if I don't want.
Un escalofrío me recorrió toda la piel, haciendo que quisiera parar todo con una terrible agonía.
-Oh, my love, why did you throw me on the bed? 
Me quedo paralizado al escuchar eso. De pronto, toda la canción cobra sentido y veo imágenes ante mis ojos. Sabía que eso que hacía a mi hija no estaba bien, pero necesitaba complacerme y nada mejor que una niña de ocho años para eso, al menos para mis gustos.
-Oh, my love, why is it inside myself?
Recuerdo a mi hija pataleando y tratando de huir, mientras yo entraba a ella. Recuerdo sus lágrimas y su intento de hablar, pero por suerte para mí, era muda.
-Oh, my love, I will kill you when it's done
Entonces el chico aparece de la nada como una silueta entre las llamas, no puedo verle el rostro, pero sí que está sujetando una foto de mi hija, intacta, y una mía, ardiendo. Pero mi hija se ve horrible. Tiene una sonrisa anormal y cuencas vacías por ojos, además de estar llena de sagre. Trago saliva, justo antes de soltar un grito anormal. Las llamas me consumen lentamente, atrapando cada parte de mi alma, haciéndome sentir como si me anclaran poco a poco el alma en el infierno, aunque tal vez sea así.
-Has hecho algo horrible... -Su voz suena ronca y quebrada, como si su garganta hubiera sido quemada-. Yo pasé por eso, ¿sabes? Ahora siente ese dolor multiplicado. 
19 de Noviembre del mismo año. 
En las noticias, había una mujer vestida de negro comentando una noticia.
-La familia del fallecido logró salir del incendio con apenas unas quemaduras, ninguno está en riesgo. Su hija afirma haber sido violada por él, cuenta que era amenazada cada día y que nunca se había sentido tan segura. Aún así, la policía sigue buscando al individuo que, en medio del incendio ha empalado a ese hombre.
El palo le entraba por el ano y salía por su boca, mostrando mil veces el sufrimiento de la pequeña.
Seis meses antes... 
Cris apartó el objetivo de la cámara de la ardilla que había pensado fotografiar. No era lo suficientemente hermoso, al menos para su concepto de hermosura. Tenía un concepto particular de hermosura. Él veía hermoso las cosas oscuras, sangrientas y terroríficas, cuanto menos terrorífico era algo, menos hermoso le parecía. Frunció el ceño, pero se alegró al ver una araña enorme en un agujero. Ajustó el flash para que diera una iluminación oscura, la justa para ver la araña, y sacó una foto. Suspiró, satisfecho. Era precioso.
-¡Cristian! -Era la voz de su madre. Cris dejó que la cámara se quedara colgando de su cuello, botando sobre su pecho, antes de caminar con paso despreocupado a la cocina de su enorme casa. Más que una casa, Cristian tenía una mansión, con mayordomo y todo-. Siéntate a comer hijo. Te tengo dicho que no hagas fotografías todo el día.
-Claro, madre.
La vida de Cristian parecía perfecta. El problema era por la noche, cuando se escondía asustado entre las sábanas y pedía ayuda a sus padres, que no le escuchaba. Cuando deseaba morir o, al menos, no tener esa vida. Cuando su mayordomo entraba a darle sus "buenas noches especial". Cuando sentía al mayordomo en su interior y no podía hacer nada. Cuando era humillado, usado y amenazado para que no contara nada. Pero él estaba harto. 
-Madre, hoy voy a ir con Jamie y Julia a ver una película. -Sonrió el adolescente-. Quizás no vuelva hasta tarde.
-Dinos a qué hora termina y haremos que Jake vaya a buscarte. -El padre de Cristian le puso una mano en el hombro a su hijo, refiríendose al mayordomo. El chico tragó saliva. No quería entrar en el coche con él.
-No, padre, quiero volver andando. Como un adolescente normal, por favor.
-Últimamente quieres hacer muchas cosas de adolescentes pobres. -Frunció el ceño su madre. Él se limitó a encogerse de hombros.
-La mayoría no son ricos, y si no me comporto como ellos no podré encajar. Además, es bastante divertido.
-Está bien. -Su madre le besó en la mejilla y comenzaron a hablar de negocios y del esfuerzo que Cristian debía hacer para heredar la empresa. Todo iba como siempre; sus padres prefiriéndo su empresa a su hijo, sin preocuparse por éste último. Él suspiró y, por milésima vez, deseó haber nacido en otra familia.
La tarde pasó normal para los amigos de Cristian, pero para él no. Vieron una película sobre un hombre que violaba a diestro y siniestro a las mujeres de su familia, hasta que una de una de ellas, que no sabía nada, fue violada, y lo mató. Tras eso, salió fugitiva y las otras mujeres fueron al manicomio ya que habían enloquecido tras tantos años de violaciones. La película terminaba  con una escena de la mujer que había huído, sola en una casa del campo, con una voz explicando que nunca más pudo ver a ningún humano, pero que estaba feliz de haber salvado a las demás.
Julia y Jamie salieron comentándo la película, muy emocionados, pero Cristian estaba en su mundo. La frase final de la película le hizo pensar.
Y te maté. Y te amé. Oh, mi amor, te amaba y te maté, simplemente para evitar que otras personas sufrieran el mismo terrible destino. Te daría nuestro sufrimiento mil veces, aunque te amara. 
No pudo sacarse esa frase de la cabeza. Se sentía medio identificado. No amaba a su mayordomo, pero sí le daría su sufrimiento mil veces, y quería evitar que otras personas sufrieran eso. Nunca había pensado en que otras personas estaban en su situación hasta entonces. Nunca había pensado en que no solo él usaba esa máscara de día y trataba de huir de noche. Nunca había  pensado en que otros huían de lo mismo que él, cada noche, sin decir nada.
-Chicos, me tengo que ir a por una cosa. -Y se separó de sus amigos, que le miraron extrañados. Cosas de ricos.

-Buenas noches especiales. -Dijo el mayordomo con voz fría y burlona al entrar esa noche en el cuarto de Cris-. ¿Te apetecen?
-N... no. Por favor. -El chico rogó, pero como siempre, no le hizo caso. Supo lo que tenía que hacer-. Oh, my love, are you gonna do it again?
Cris siempre había tenido talento musical pero esa canción parecía demoniaca. El mayordomo asintió y se acercó al chico, algo tembloroso.
-Oh, my love, you can't do it if I don't want.
-¿Quién me lo impide? -Le tiró sobre la cama, sonriéndo perversamente.
-Oh, my love, why did you throw me on the bed? 
-Voy a hacerte mío de nuevo. -Le desvistió y entró en él, gimiendo. Cris no se resistió, solo aguantó las lágrimas. Esa era la última vez. No iba a permitirlo ni una vez más. No podría pasar.
-Oh, my love, why is it inside myself? 
-Eres mío.
-Oh, my love, I will kill you when it's done. 
-¿Qué?
En un instante, Cris sacó el palo que había cogido y lo introdujo en el ano de su mayordomo, destrozando todo su interior y sacándolo por boca. El mayordomo no pudo hacer nada, y el adolescente sacó un mechero y quemó la habitación, ardiéndo él también. Pero solo su parte física fue quemada, su fantasma siguió con su rostro natural, con su pelo negro y sus ojos verdes, pero éstos eran fríos y penetrantes, no oscuros. Sacó dos fotos, una suya, en la que se mostraba su alma, de una forma horrible, y en otra su mayordomo, envuelto en llamas.
De ese incendio solo se salvaron los padres de Cris, que estaban muy afectados. La policía encontró los objetos sexuales que Jake usaba para mantener quieto y callado a Cris, y llegaron a la conclusión de que fue un ataque de ira por parte de ambos tras la violación. Pero lo que no sabían era que el alma de Cris iba a cumplir su objetivo. Evitaría que otras personas sufran el mismo horrible destino que él.
Oh, my love, are you gonna do it again?
Oh, my love, you can't do it if I don't want.
Oh, my love, why did you throw me on the bed?
Oh, my love, why is it inside myself?
Oh, my love, I will kill you when it's done. 
...
Y, eso es. Ya habéis leído dos mierdas que escribo yo. ¡Bravo! Trauma de por vida ^^ Okya.
¡¡Hasta la próxima!!
Pilar.

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